En 1950, los estudiantes del colegio Don Bosco bajaban con sus pesadas maletas por la calle principal, cuando se encontraron con la tienda de abarrotes de Luis Espinoza y Esthercita Báez. Tenían sed y querían comprar helados para reponerse del calor.
Esthercita les dijo que no los vendía, pero les pidió que regresaran al día siguiente para darles una grata sorpresa. Esa tarde junto a su esposo preparó jugos naturales de sabores, los colocó en cubitos, les puso un palito de madera y los congeló. Al día siguiente, su genial idea de vender “chupetito de helado” le trajo importantes ganancias.
Fue así como la pequeña tienda de abarrotes se hizo muy famosa y, dos años después, se convirtió en la Heladería Caribe que hoy tiene más de 70 años en la casa esquinera color naranja, ubicada en la calle Bolívar. Del “chupetito de helado” prepararon tradicionales helados de paila de varios sabores, que fueron muy bien recibidos por su excelente sabor.
Descargar ficha del video:
© Instituto Metropolitano de Patrimonio de Quito / IPANC 2022