Los encontramos juntos, un dúo dinámico amasando pan; nos reciben con una cálida sonrisa y nos invitan a pasar a su panadería expuesta al público, no esconden nada, lucen tan limpios como la mesa en la que trabajan.
René Reyes, la cuarta generación de panaderos de su familia y Fausto Cordero más conocido como “El Italiano”, ambos quiteños de cepa, se conocieron en la escuela y desde entonces, llevan más de 40 años elaborando pan.
Unidos por la pasión del trabajo artesanal, que con orgullo cuentan marca la diferencia de similares productos, comparten entre risas y llanto, que, gracias a este oficio, al gusto por la música y las largas guitarreadas lograron hacer grandes amistades y compartir momentos inolvidables junto a importantes personajes de la ciudad, incluso René, con fervor, nos cuenta que conoció a su esposa, con la que aún comparte su vida, en una noche de serenata después de amasar pan.
El aroma a pan calientito elaborado con las recetas de los abuelos, envuelve desde tempranas horas al barrio de Santa Bárbara, tras las vitrinas de deliciosas galletas, aplanchados, bocaditos y otros majares podemos observarlos amasando con extraordinario entusiasmo, dando forma al delicioso pan, manjar de os quiteño. René y el Italiano, son ejemplo de trabajo arduo y camaradería envidiable, cualidades que caracterizan a los quiteños.