Dialogar con don José Barrera Barrera, habitante de San Marcos, artesano y Quitólogo, gran conocedor de la historia de la ciudad, es una suerte que pocos tendrán. En su taller, nos relata entre muchas de las historias que estudió, que él, al igual que sus compañeros de cátedra de la Quitología, iniciada por el poeta y peatón de Quito, Ulises Estrella, consideran que la Virgen del Apocalipsis de Bernardo de Legarda, es un homenaje del artista a la mujer quiteña, entregada por él como un objeto estético a la ciudad, por tal razón la bautizaron como la “Señora de Quito”.
Don José recalca que la diferencia con otras esculturas de vírgenes, está en que aquellas inducen a una devoción cristiana y la “Señora de Quito” a una devoción artística.
Bernardo de Legarda dejó de lado el rostro europeo, blanco, y usó el de una chola quiteña para su Virgen, motivo por el cual dicen que, a los ojos de la iglesia católica, esta imagen no es bien vista, ¿será por eso que a esta virgen nadie le ha otorgado milagros, tampoco nadie le reza?
Para entender este relato, don José terminó diciendo, “se dice que lo que no se conoce, no se puede amar”. Así, nos invita a valorar el trabajo de los artesanos, a involucrarse con el arte quiteño. “Somos herederos de un talento ciudadano artesanal, cultural, filosófico, que le ha merecido a Quito el título de ciudad patrimonial. Ello nos compromete a conocer, descubrir, cuidar y promover los tesoros artísticos que guardan nuestras iglesias, plazas, calles, casas”.
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