Ramiro Torres es el dueño de La Casa del Pozo y un conocedor de la historia de La Ronda, uno de los sectores más típicos y turísticos del centro histórico. No por nada ha vivido toda su vida ahí (ya medio siglo), en la misma casa patrimonial que sus abuelos (comerciantes) adquirieron en 1942; el mismo inmueble donde vivieron sus padres y una tía abuela que fue como su segunda mamá (la Ñaña Maña).
Hasta los 90 la propiedad tenía una edificación de tres pisos en su parte posterior, en la cual la familia arrendaba departamentos. Un mal día, en el que por suerte no se encontraba ninguno de los inquilinos, ésta se vino abajo por falta de mantención. Ramiro recuerda que fueron tiempos difíciles en los que la Ñaña Maña se paró firme para oponerse a la venta de la casa.
“Pero así como llega la tragedia, viene después la bendición”: debajo de la edificación encontraron un entablado y, bajo él, un pozo de agua, al que la Casa del Pozo debe su nombre. Recientemente, Ramiro rebautizó el bar-restaurante como La Casa del Pozo de la Ñaña Maña, en honor a su tía abuela.