Mis padres emigraron desde la provincia del Oro, de un pueblo muy apartado llamado Marcabelí. Llegaron a Quito buscando nuevas oportunidades, pues la sequía en la costa hizo que se vieran en la obligación de salir de allí.
En el año de 1971, después de varios meses finalmente encontraron trabajo. Quito se encontraba en constante crecimiento y, de a poco, se construían nuevos espacios comerciales y de dispersión. Mi padre es parte de la historia, desde niña así lo sentí, puesto que él fue uno de los albañiles que estuvo frente a la construcción del mercado Iñaquito y del Estadio Olímpico Atahualpa.
Yo era muy chiquita, llegué con ellos cuando apenas tenía 4 años, pero recuerdo la felicidad de un campesino en Quito al ser parte de semejante acontecimiento, hasta recuerdo más tarde cómo lo contaba yo en la escuela: “Mi padre fue parte de la historia de Quito. Sí, mi padre construyó parte de la infraestructura más importante de la carita de Dios.”
Mi papi era muy ahorrador, pronto, aprovechando su versatilidad y su gran talento en la construcción, hizo una casita por el sector de las 5 Esquinas, donde vivimos por aproximadamente 15 años y ahí, pues, la familia se hizo más grande, se sumaron 3 hermanas más. Éramos 3 costeños y 3 serranas, la combinación perfecta. Solo me quedan recuerdos y grandes enseñanzas, mi padre realmente era emprendedor, no se quedó ahí y decidió estudiar y pronto con sus ahorros sacó su título como ingeniero civil y ayudó a más personas, porque junto con sus amigos formó una compañía de construcción.
Cómo no sentir orgullo del Aurelio, así se llama mi padre, si gracias a él aprendí que si se quiere, se puede.
Narrado por Yuli Apolo, desde el barrio la Tola.
Ubicación
Mercado Iñaquito (Mercado La Carolina), Iñaquito, Quito, Ecuador